Muchas veces cuando se trata de sacar aprendizajes, analizarnos y darnos cuenta de que tenemos que cambiar para fortalecer la forma en que lo estamos haciendo, identificar oportunidades de mejora, o reflexionar sobre lo que está pasando con nuestro equipo, es complicado, porque tenemos que hablar de personas que están entre nosotros, algunas más sensibles que otras, otras que tomarán las críticas a título personal y responderán a la defensiva. Somos personas diversas, diferentes y por ende complejas.
De hecho los juegos de participación, dinámicas de grupos, son de gran ayuda para conseguir lo expresado en el párrafo anterior. No obstante, es importante que cada actividad lúdica sea seleccionada con precisión, para que más allá que la actividad sea divertida y retadora, lo que se busque sea un aprendizaje, donde de una manera natural aparezca la pregunta, “esto que estamos experimentando se parece mucho a lo que hacemos en la realidad” y si conseguimos que esa chispa aparezca en los participantes, tenemos el 80% de probabilidades que haya un cambio real en las personas y en el equipo.
Para ello, te explico cómo es que se aplica esta técnica:
¿Cómo lo podrían haber hecho mejor?, es la mayoría de las dinámicas sobre todo las de Shock, el truco está en que no las resuelvan, pero donde si puedan analizar el ¿Por qué? No lo resolvieron, o ¿Qué deberían haber hecho para resolverlo? Todo siempre pensando en la experiencia vivida.
Si este tablero lo llevamos como tarea, con indicadores, responsables y hacemos seguimiento, plasmado en cantidad, calidad, velocidad y costos esperado; estaremos impactando y fortaleciendo “conductas y resultados” de los miembros de un equipo.
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